Actualmente, mientras el término tipografía se emplea para designar el estudio, diseño y clasificación de los tipos (letras); fuente, se denomina al conjunto de modelos (letras, signos y otras marcas) que representan a cada uno de los caracteres de una letra, con base en un diseño particular. Son familias de letras con características comunes, así como al diseño de caracteres unificados por propiedades visuales uniformes. Las fuentes son archivos con información vectorizada que contienen tamaño, forma, interletrado y otros aspectos de cada tipo de letra. Los más populares son: TrueType (.ttf) y OpenType (.otf). Cada vez es más fácil instalar una fuente nueva y utilizarla en cualquier programa de nuestra computadora.
Es importante comenzar con esta aclaración, ya que muchas veces se confunden ambos términos, pero no son lo mismo. Este post está dirigido a todos los comunicadores en general porque ya no podemos hablar en esta era de un profesional puntual, todas las personas que comunican al menos en algún momento de su vida profesional van a verse enfrentados al gran desafío de elegir una fuente o más fuentes para comunicar un mensaje.
La elección de la fuente es uno de los componentes más importantes en un diseño, no solo la imagen. En la publicidad y la identidad corporativa de una empresa es más que fundamental, ya que de ella depende el mensaje que se quiere comunicar. En este último caso debe ir acorde a todo aquello que la empresa o marca representan, ser un reflejo de los valores de la marca en cuestión. Si la marca es de moda, es muy probable que se deba elegir una fuente Light, elegante, con trazos estilizados; por el contrario, si se trata de una marca para el sector de la construcción, la fuente será de trazos gruesos, o la variante Bold de alguna fuente; de cualquier manera, sin dudas deberá ser bien contundente. La utilización de una u otra fuente en un texto puede cambiar por completo su intencionalidad. Ninguna marca tiene o debería tener una fuente elegida al azar para su logotipo.
Sabemos que la finalidad de toda composición gráfica es transmitir un mensaje concreto, para lo cual contamos con dos herramientas principales: la imagen y el texto. Es cierto que las imágenes aportan un aspecto visual muy importante en toda composición, transmitir por sí misma un mensaje de forma coherente. Pero el medio de transmisión de ideas por excelencia es la palabra, hablada o escrita, y esto es innegable, es como una verdad universal. La esencia de un buen diseño gráfico consiste en comunicar ideas por medio de palabras escritas, combinada por lo general con ilustraciones o fotografías. Muchas veces nos encontramos frente a diseños que son puramente tipográficos, y esto significa que, en ese caso, las palabras con las fuentes elegidas para ser comunicadas, sumadas a otros factores como el color, el tamaño, el interletrado, o incluso la combinación con tras fuentes, han pasado a cumplir el rol de una imagen.
La fuente comunica, más allá de las palabras, de lo que estas significan. Por eso es tan importante la elección de las fuentes y el tratamiento que le realicemos para brindar un mensaje determinado. Además de su componente significativo, cada letra es por sí misma un elemento gráfico, que aporta riqueza y belleza a la composición final. Hay fuentes que enamoran, otras que enojan, otras que divierten, e incluso algunas que indignan. Por ejemplo, podemos elegir decir “Te quiero” de esta manera:
Y que luego el receptor pueda completar la frase con un “prender fuego”, o “en el infierno”, aunque el emisor haya tenido las mejores intenciones. Pero también podemos elegir decirlo de esta manera:
Y que el receptor sienta que vuelve a vivir un romance adolescente.
También podemos elegir decirlo así:
Y tal vez el receptor puede llegar a pensar que lo quieren de verdad, seriamente.
Entonces una palabra puede decir algo y no transmitir lo mismo, impactar de distinta manera gracias a la fuente elegida y a su tratamiento, y ni hablar si le sumamos otro factor como el color, el cual trataremos en un próximo post.
Por eso, es importante tener en claro que cuando buscamos comunicar un mensaje con el diseño gráfico, puede haber una parte de subjetividad, tal vez en cuestiones como si el tamaño de título debe tener un punto más, o si el color está demasiado saturado, pero los diseños profesionales deben realizarse bajo ciertas reglas y recomendaciones que, de no considerar, el resultado puede no ser el esperado. Incluso puede parecer como un lindo dibujo de nuestro sobrino de 3 años, o una invitación que una madre o un padre realizaron en Paint con todo su empeño para el cumpleaños de algún hijo o hija.
Para concluir, una recomendación para tus proyectos, es siempre elegir fuentes que ayuden a transmitir lo que querés comunicar, nunca al azar. Podés buscarlas en un sitio para descargar fuentes gratuitas como el tan reconocido www.dafont.com. También tené en consideración que cada una tiene un/a autor/a por detrás y ciertos derechos que deberás considerar si tu intención es utilizarla con fines comerciales.